Juan Minujín: "Los actores son los que le dan vida a una película"

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Juan Minujín es un joven actor que ya ha probado su talento en más de veinte películas (entre ellas, Un año sin amor y Zenitram), y en una extensa carrera en teatro. Después de dirigir en 2007 un premiado cortometraje, Guacho, se largó a la aventura de realizar su ópera prima. Vaquero, un desprendimiento del mencionado corto, tiene el honor de ser el film de apertura de la 13ª edición del BAFICI, y la primera ópera prima argentina en abrir el BAFICI desde Sólo por hoy, diez años atrás.

Entrevistamos a Juan el año pasado, luego de finalizar el rodaje de Vaquero, y hoy, 6 de abril, en el día de su estreno en el BAFICI, decidimos publicarla.

- ¿Cómo surgió la idea para Vaquero?

- Surgió a partir de mi primer cortometraje, Guacho, de ese relato tome algo del personaje y lo desarrollamos.

- ¿Cómo influye tu amplia experiencia como actor, tanto para el argumento de la película, como a la hora de ponerte detrás de las cámaras?

- Para el argumento fue central ya que el mundo que usamos para hablar de este personaje es el de los actores, los castings, los teatros, las ficciones. Me resulto interesante este mundo de gente que esta dependiendo permanentemente del deseo de los demás para poder trabajar.

Por otro lado, con respecto al trabajo de dirección, creo que me dio buena comunicación con los actores con los que trabajé en la película. En general entiendo cuales son los problemas a la hora de encarar una escena y creo que encontré buenos caminos para comunicarme con los actores.

- ¿Cómo iniciaste la producción? ¿Cómo armaste el equipo de trabajo?

- A partir de mi cortometraje, Guacho, Diego Dubcovsky me dijo que le interesaría eventualmente producir un largo con esos lineamientos estéticos y de producción. A partir de allí, con mi hermano desarrollamos el proyecto y lo fuimos cotejando con Diego y con Sebastián Ponce, coproductor de la película.

Después, el equipo técnico fue una mezcla de propuestas mías y otras de la producción. Llegamos a un muy buen equipo en el que todas las partes estábamos conformes. Con algunos yo ya había trabajado y con otros fue un primer encuentro aquí en Vaquero”.

- ¿Cómo encaraste el casting de actores?

- Trabajé con Luciana Piantanida, que dirigió el casting y luego estuvo durante el rodaje ayudándome con la dirección de actores, mía y del resto del elenco. Su aporte en esos dos roles fue fundamental.

Para la mayoría de los personajes yo ya tenia actores en la cabeza, con casi todos había trabajado anteriormente, con lo cual les fui pasando el guion y luego charlando con cada uno de ellos a ver si les daban ganas de hacer esos personajes y si estábamos afines con las ideas.

Para otros personajes hicimos casting, casi todos los roles secundarios salieron de allí. Al principio, al ser actor, le tenía bastante prejuicio a hacer casting, me parecía que no íbamos a encontrar a nadie de esa manera y finalmente aparecieron actores y actrices que no conocía y que de no ser por el casting no hubiera nunca pensado en esa dimensión del los personajes. Fue muy bueno, además fue la primera prueba para ver si las escenas funcionaban o no, si estaban bien escritas o no.


- En el elenco figuran actores muy reconocidos como Leonardo Sbaraglia y Daniel Fanego, y por otro lado, elegiste dirigir y formar parte del elenco, ¿cómo se coloca un actor joven, pero con mucha experiencia como vos al momento de dirigir a semejantes actores y de estar tanto delante como detrás de cámaras?

- En principio, el trabajo con todos los actores me resultó muy cómodo, al conocer bien cuales son las sensaciones y dificultades que puede tener un actor a la hora de hacer una escena o una retoma, traté de comunicarme teniendo eso en cuenta todo el tiempo.

Yo considero que los actores son los que le dan vida a una película y creo que si un actor esta mal o bien en una película casi siempre es responsabilidad del director. Y en ese sentido trate de darle mucha importancia y tiempo al momento de corregir, y charlar con los actores.

En el caso particular de Fanego y Sbaraglia fue muy fluido el trabajo, ellos propusieron muchas cosas y juntos pudimos ir dándoles forma a los personajes. A priori, uno pensaría que los actores con más trayectoria en cine son los más difíciles de dirigir para un operaprimista, y la verdad es que creo que no es así. Al contrario, si la comunicación es buena, clara y abierta, es más fácil. Fue un placer trabajar con todo el elenco.

- ¿Qué desafíos considerás que te presentó este rodaje, y cómo los afrontaste?

- Uf, incontables desafíos… Desde actuar y dirigir, y tratar de estar atento a que la historia se cuente, que las escenas funcionen, de no hacer muchas horas extras, de que el equipo este cómodo, funcione y sea dinámico, que visualmente el material tenga potencia… y tantas otras cosas que no se me ocurren ahora… ¡¡¡Y además no abandonar del todo a mi mujer y a mis dos hijitas!!!

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