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domingo, 9 de octubre de 2011

ENTREVISTA A MARCELO CAMAÑO Y FEDERICO LUPPI, GUIONISTA Y ACTOR DE "EL PACTO": LA HISTORIA DETRÁS DE LAS PRESIONES.


MIEMBROS DEL EQUIPO DE EL PACTO QUE POSTERGÓ SU ESTRENO TRAS DENUNCIAR APRIETES A LOS PRODUCTORES Y SUFRIR LA RENUNCIA DE MIKE AMIGORENA, HABLAN DEL MIEDO QUE CONDICIONA A ALGUNOS ARTISTAS Y DE SU INTENCIÓN DE REDOBLAR LOS ESFUERZOS PARA MOSTRAR EN PANTALLA LA CONNIVENCIA ENTRE LOS GRANDES MEDIOS Y LA DICTADURA PARA APODERARSE DE PAPEL PRENSA.
ENTREVISTA A MARCELO CAMAÑO Y FEDERICO LUPPI

Si mi vida va a estar determinada por el miedo, me pego un tiro.” Lo advierte Federico Luppi, el hombre de los 45 años de trayectoria y las frases contundentes. Y aclara que lo suyo no es valentía ni un guevarismo mal actuado. Sólo que no tiene ganas de que lo condicionen. Por eso, si en 1974 pudo ser uno de los protagonistas de La Patagonia Rebelde, al actor no necesitó muchas explicaciones cuando lo convocaron para trabajar en el unitario El Pacto, la miniserie que relata, por primera vez desde la ficción, cómo fue el negocio en plena dictadura entre los dueños de Clarín, La Nación y La Razón y los militares para apoderarse de la empresa Papel Prensa, la principal productora de la materia prima de diarios y revistas en el país.

Dijo que sí y preguntó cómo iban a contar la historia. Ante la noticia de que Mike Amigorena –quien interpretó a un personaje equivalente a Héctor Magnetto, CEO de Clarín–decidió retirarse en medio de las grabaciones de la tira y las presiones que recibió la producción y el equipo artístico, según la Oruga Cine y Tostaki productoras responsables del programa, explicó en un comunicado cuando anunció la suspensión del estreno, Luppi no tiene ganas de callarse. “La vida no puede estar determinada por quienes manejan el miedo o manipulan la información. Hay que luchar contra eso. Así como en la época de terror de este país, la gente se exilia para poder respirar un poco y que la vida tenga sentido, en la profesión pasa lo mismo. Tengo una edad en la que el miedo es una hipoteca muy difícil de bancar. No tengo ganas”, dice el actor. A su lado, lo escucha el guionista Marcelo Camaño, el responsable de escribir la historia sobre la connivencia de los medios de comunicación con los militares durante la dictadura y quien tuvo que pensar cómo seguir ante la salida de uno de sus personajes más importantes. En esta entrevista con Tiempo Argentino, actor y escritor cuentan cómo era el personaje de Mike Amigorena y en qué momento decide retirarse del proyecto, qué opinan de su decisión, hablan del miedo que condiciona a los artistas y cómo continuarán con la ficción que iba a estrenarse el martes pasado por América.

–¿Cómo era el personaje de Mike Amigorena?
Marcelo Camaño: –Era una suerte de varios “Magnettos”. En aquella gran transacción que los responsables de los tres diarios hicieron en 1976, había un encargado por parte de cada empresa de llevar adelante la negociación. Nosotros pusimos características de varios de ellos a un personaje que es como nuestro villano. Eso es lo que estaba haciendo Mike. La historia transcurre en el presente y durante la dictadura, en el momento de la cuestionada venta de Papel Prensa. Empezamos las grabaciones en el presente y con el personaje de Mike nunca pudimos llegar a los ’70 porque ahí es donde él manifiesta su temor. Ya había grabado todas las escenas que tenían que ver con la actualidad, pero cuando le tocó grabar las escenas de los ’70 decidió retirarse. En ese momento, él iba a tener que interpretar las reuniones con Martínez de Hoz, con la Junta Militar y la famosa situación en la que amenaza a Lidia Papaleo (una de las dueñas de las acciones de Papel Prensa, que tuvo que vender bajo presión y que luego fue secuestrada y torturada).

–¿Él sabía antes de aceptar el proyecto que iba a interpretar esas escenas?
MC: –Por supuesto que lo sabía. De hecho, estaba muy entusiasmado en interpretar dos épocas distintas. A Mike se le explicó de qué iba la ficción, se le contó todo lo que investigamos. Por suerte, en todas las conversaciones estuvo presente su representante, que fue una de las garantías. Fue su representante el que le acercó la posibilidad de estar en esta serie. Las charlas con él fueron siempre muy amenas.

–Mike dijo que se metió en un tema que ignora. ¿Qué opinan de esa postura?
Federico Luppi: –Me parece un planteo adolescente el suyo, no tiene 14 años. En este proyecto hay un trabajo muy grande, muchas horas de esfuerzo, incluso las expectativas de cada actor. No parecen adultas ni convincentes sus explicaciones. Yo quiero ser honesto, quiero decirle a Mike que entiendo lo que le pasa, pero no lo comparto.
El argumento de que desconoce la historia me parece un rebusque que no hace bien a uno mismo. Si el día de mañana tengo que hacer un personaje heroico, pero heroico de verdad, ¿dónde busco mi heroísmo? Mike ya había hecho un personaje como el de Alfredo Astiz (integrante de la junta militar) que está descalificado socialmente, desprestigiado desde lo humano y, además, está en cana. De alguna forma es como si mañana yo hiciera a Goebbels (ministro de propaganda del Régimen Nazi). Si pudiera hacerlo, me enaltece encarar desde lo humano, curiosamente, a un personaje tan nefasto. Para un actor, eso es un cierto orgullo. Pero Magnetto es un tipo vivo, poderoso y vigente.
MC: –Estamos hablando de gente que, si bien la justicia se tiene que expedir, están sospechados de graves crímenes. Nosotros no somos los que cometimos esos crímenes.

–Mike también dijo que su función, como artista, es entretener.
MC: –Nuestro programa es un entretenimiento. Es nuestra premisa básica para hacer ficción. Hay gente a la que le parece normal que un actor se baje porque tuvo la sensación lógica de tener miedo. No les parece un motivo que haya que denunciar.
Hasta piensan que es una estrategia de promoción de nuestra parte. Nos preguntan a nosotros sobre aquella famosa cena que tuvo Mike (diario Perfil publicó que se reunió con la periodista María Laura Santillán y la actriz Esmeralda Mitre, hija del director de La Nación, y que le habrían recomendado que se baje del proyecto). Nosotros decimos que eso es una cena íntima. Es él el que tiene que decir por qué se baja. Los malos de la historia no somos nosotros.

LA HISTORIA. “Es como un thriller”, dijo la presidenta Cristina Fernández cuando presentó el año pasado el informe Papel Prensa. Esa frase motivó al escritor Marcelo Camaño para indagar en una historia que le interesa desde que era un estudiante de comunicación. “La empecé a leer y, después de pasar una parte jurídica muy pesada, llegué al momento que la presidenta define como una novela, que arranca con la historia de amor de David Graiver y Lidia Papaleo y cómo los dueños de los diarios hicieron una transacción con el ministro de Economía, Martínez de Hoz, para quedarse con la producción del papel”, explica.

–¿Qué hechos concretos de la historia real se cuentan en la ficción?
MC: –Se cuenta la historia de amor de Lidia y David (los accionistas de Papel Prensa), el exilio de David y su misteriosa muerte, el regreso de Lidia a la Argentina, se cuenta cuando la detienen y la obligan a firmar lo que tiene que firmar para entregar la empresa, los conflictos entre los familiares, las reuniones de la Junta Militar, y las reuniones de los ministros con los tres dueños de los diarios.

–¿La televisión le da a este caso una mayor repercusión?
MC: –La ficción tiene el valor que puede tocar cualquier tema. El villano más tremendo en una escena humana se puede contar mucho más que lo que se muestra en 100 documentales. Una relación vincular de las víctimas de este caso con los represores, con los ministros y entre sus familiares, muestra mucho más que cientos y cientos de papeles de un caso.
FL: –Transforma lo frío en emoción. Lo aleja de la distancia de un texto.

–¿Cómo va a continuar la historia frente a la ausencia de Mike?
MC: –Vamos a mostrar todo lo que Mike grabó y va a haber una transición hacia un heredero del personaje, que contará la parte que nos faltaba contar. También hay una resolución sorpresiva sobre cómo vamos a utilizar este personaje en ausencia. Todavía no sabemos cuándo va a salir al aire.

–¿Existen listas negras para las personas que tratan desde la ficción temas vinculados con el poder de los medios?
FL: –No importa que existan o no, hay una tradición que habla de eso.
El individuo que depende de un trabajo tan cíclicamente inestable como el nuestro, aprende a convivir con esas sensaciones. Hay una tradición que dice que hace varios años vivimos en una permanente desinformación perversa, agresiva, descaradamente falsa. No es un momento fácil para el creador. Yo soy un jovato y vengo desde hace muchos años soportando la democracia, lo digo porque sólo he vivido bajo regímenes militares o bajo presidentes cagones y cobardes.
Es la primera vez que siento que hay en la Argentina posibilidades de recuperar un país como el que queremos tener. Por eso, me gustaría cierta nobleza en cuanto al planteo de las inseguridades. Yo le pediría a los compañeros actores que seamos más elocuentes en el uso de lo sincero. Los chinos dicen que no hay dictador en el mundo que pueda impedir que un pájaro cante.

INVESTIGACIÓN

Marcelo Camaño fue guionista de ficciones que se destacaron por tratar problemáticas reales de la Argentina, como Montecristo y los chicos apropiados durante la dictadura o Vidas Robadas y la trata de mujeres. “Yo estudié comunicación en la época del alfonsinismo, pensar en ese momento un cambio de paradigma de la Ley de Medios era impensable. Entonces todo lo que aparecía en ese momento sobre Papel Prensa y el oscuro negocio que hicieron con los militares era para nosotros material muy interesante”, cuenta. Entre la bibliografía de la que se valió para escribir El Pacto, se encuentran: el libro de María Seoane y Vicente Muleiro El dictador, la biografía de Mochkofsky sobre Timerman, el libro sobre David Graiver que hizo Juan Gasparini, incluso los trabajos sobre la prensa de Julio Ramos, Historia Confidencial de Abrasha Rotemberg y las memorias que escribió Héctor Ricardo García sobre un episodio que tiene que ver con Papel Prensa.

Dice Luppi sobre el valor de esta investigación para la ficción: “Tardamos más de 30 años en poder aceitar la maquinaria judicial para hacer valer los juicios a los genocidas y a los represores. Recién ahora estamos viendo todos los días la pata civil del golpe militar”.

Por Mercedes Méndez

Fuente: Tiempo Argentino

Más información: http://tiempo.elargentino.com

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